Publicado por: Ángel Andrés Cantú Jimenez

Soñante: Rey de irlanda.

Fuente: Andrés de la Vega, Obra de teatro sobre el Purgatorio de San Patricio.

Fecha: *

¡Ay, hijas! Atended: que de la boca
de un hermoso mancebo
—aunque mísero esclavo, no me atrevo
a injuriarle, y le alabo—;
al fin, que de la boca de un esclavo
una llama salía,
que en dulces rayos mansamente ardía,
y a las dos os tocaba,
hasta que en vivo fuego os abrasaba.
Yo, en medio de las dos, aunque quería
su furia resistir, ni me ofendía,
ni me tocaba el fuego.
Con esto, pues, desesperado y ciego,
despierto de un abismo,
de un sueño, de un letargo, un parasismo,
tanto mis penas creo,
que me parece que la llama veo,
y, huyendo a cada paso,
ardéis vosotras, pero yo me abraso.

Contexto: Creo prudente señalar que, dada mi investigación, parecen haber varias versiones de la obra El purgatorio de San Patricio, en distintos idiomas y de varios autores. En sus diversas versiones, el tema central es el purgatorio, como fuente de absolución a través de sufrimiento. Esta obra de teatro en específico, usa a diversos personajes, para describir el viaje al purgatorio.

La comedia famosa. El purgatorio de San Patricio, de Don Pedro Calderón de la Barca, fue escrito en el siglo XVII.

Maria de Francia tradujo del Latín El purgatorio de San Patricio s XII

Interpretación: La obra original, trata al purgatorio como un lugar místico, un portal terrenal que lleva a los que se creen pecadores, a un viaje del cuál saldrán purificados y listos para comulgar con dios. De esta forma, la figura del fuego y el abismo, se manifiestan como parte del sufrimiento por venir. El recurso del esclavo, me parece interesante ya que, como vimos con Cardano y Artemidoro, soñar con personas de distintos estratos sociales (especialmente esclavos) tenía un significado dependiendo del contexto. Puede entonces, notarse cierta ambivalencia, al ser el purgatorio una figura positiva, en tanto permite absolución, y negativa al ser en si misma una experiencia angustiante y potencialmente fatal (si es que no se logra salir del abismo). Es tanto una visión de muerte, como lo es de esperanza en tanto al deber, un llamado de atención, una reprimenda moral y el aviso de lo que podría ocurrir en caso de no enderezar camino. Como diría antes de narrar su sueño el Rey:

«Todo el tormento eterno de las sedientas furias del infierno, partos de aquella fiera
de siete cuellos que la cuarta esfera empaña con su aliento. En fin, todo su horror y su tormento en mi pecho se encierra, que yo mismo a mí mismo me hago guerra
cuando, en brazos del sueño, vivo cadáver soy; porque él es dueño de mi vida, de suerte que vi un pálido amago de la muerte.»