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Publicado por Samanta Camacho Tejeda

Soñante: San Arsenio

Fuente: De la Vorágine, Santiago. La leyenda dorada, II. Trad. Fray José Manuel Maciás. Alianza Editorial, Madrid 1982, pp 183-185

Contexto: San Arsenio vivió entre el año 350 y el 445 d.C. San Arsenio nación en Roma en la cual fungió como tutor de la nobleza, sin embargo cerca del año 400 se unió a los monjes ascetas del desierto de Egipto. Fue un monje reconocido por sus dichos y refranes al igual que por su fuertes penitencias y ayunos. Las personas viajaban  semanas incluso meses con tal de poder escuchar sus consejos.

sueño: 

Uno de los religiosos del desierto acudió un día a ver al abad Arsenio y le rogó que le diera alguna instrucción o consejo. El abad se limito a decirle: Permanece recogido en tu celda; ella te enseñará todo cuanto necesitas saber.

Un ermitaño enfermo y anciano dijo al abad Arsenio: Como no quiero causar molestias a los demás monjes, he decidido dejar el yermo y marcharme a Egipto. 

El abad le aconsejo: Desiste de semejante proyecto.  He tenido un sueño acerca de ti, si te vas de aquí y retornas a Egipto, caerás en pecado de fornicación. El ermitaño, con débil y triste voz, replicó: Pero ¿cómo se te ocurre decir eso? ¿no ves que por mi edad y achaques mi cuerpo está ya más muerto que vivo?

A pesar de la advertencia del abad, el monje se marchó a Egipto. Una vez allí cierta doncella, movida por sentimientos de devoción y caridad, le atendió, cuidó y sirvió. Merced a los solícitos cuidados de la joven, el anciano monje mejoró de salud y en cuanto se recuperó de sus achaques violó a la que había sido su caritativa enfermera que quedó preñada  y parió un niño. Poco después de que éste naciera, el monje lo tomó en sus brazos, lo llevó a la iglesia de San Sixto y avanzó por el templo, entre las lágrimas de los fieles, porque éstos al ver al anciano religioso con la criatura en sus manos empezaron a llorar. Cuando el monje llegó a un lugar destacado dentro de la iglesia, alzó al infante sobre su cabeza, lo mostró a sus asistentes y les dijo: ¿Veis bien a este niño? Es hijo de un acto de desobediencia. Procurad vosotros no incurrir en el pecado en que yo, a pesar de ser viejo, e incurrido, y rogad a Dios que me perdone.

Dicho esto, salió del templo y se volvió a su celda y dijo: No hay que confiarse porque aunque mi cuerpo este medio muerto, Satanás esta muy vivo. 

Comentario: El sueño de San Arsenio es claramente un sueño profético, en el cual se le presenta el trágico destino de un viejo monje que pretende salir del monasterio. Este tipo de sueño se aproxima a los tipo de sueños referidos por Artemidoro, en los cuales una persona sueña acerca del futuro desventurado de otra. 

Este sueño corresponde al periodo denominado como Edad Media, en el cual son recurrentes los sueños relacionados con la conversión o con aspectos religiosos. En esta narración es evidente la carga moral religiosa, la cual fomenta el desprecio por la desmesura y los placeres del cuerpo, a los cuales identifica con el mal (Satanás).