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Publicado por:  Anahí Rosas

Soñante:  Vibia Perpetua

Año: Entre 205- 203

Fuente: Actas de los mártires, Daniel Ruiz Bueno (ed.), Biblioteca de Autores Cristianos; en su versión en digital.

En su sueño el diácono Pomponio golpea con violencia la puerta de la cárcel, y es Perpetua quien le abre. Tiene un atuendo llamativo: luce una  festiva túnica blanca y elegantes sandalias de cuero. «Perpetua, te estamos esperando. Ven» Le dice, para después tomarla de la mano para caminar por lugares ásperos y tortuosos hasta llegar a un anfiteatro. Pomponio conduce a Perpetua hasta el centro de la arena: » No tengas miedo, estaré combatiendo a tu lado» Dice, se da la media vuelta y se va. El público vocifera como una inmensa jauría enfurecida. Pero no sueltan ninguna fiera, ve salir a un egipcio, con cara horrible seguido de otros hombres que vienen a luchar contra ella. Entonces unos jóvenes fuertes y hermosos, se sitúan junto a ella, dispuestos a ofrecer su ayuda. Primero la desnudan y Perpetua cambia de sexo, convirtiéndose en varón. Los jóvenes guerreros comienzan a frotar su cuerpo con aceites olorosos. Mientras que el egipcio se revuelca en la arena, levantando un polvo horroroso. Es entonces, cuando irrumpe un hombre de tan grandes proporciones que su cabeza sobrepasa la altura de las últimas gradas del anfiteatro. Lleva una túnica festiva de color púrpura, abrochada en medio del pecho con dos hebillas de oro y plata. Es un adiestrador de gladiadores; en una mano porta la vara de lanista y en la otra, lleva una rama verde de la que penden manzanas de oro. Pide silencio. La declaración de aquel hombre, es la siguiente:  si el egipcio vence, éste deberá sacrificarla con la espada y si ella gana, recibirá el ramo. Lo levanta mostrándolo al público para luego retirarse. Comienza el combate. El egipcio trata de sujetarla por los pies, ella da un salto y le asesta una patada en la cara. El otro la levanta por los aires, pero antes de arrojarla a la arena, ella logra tumbarlo. Cuando Perpetua tiene al egipcio vencido en el suelo,  le pisa la cabeza. Sus partidarios entonan un himno y Perpetua se acerca para recibir el ramo. «La paz sea contigo» le dice y ella se dirige por la puerta por la que salen los gladiadores vencedores o aquellos a quienes se les ha perdonado la vida

Interpretación: A la luz de una interpretación basada en las características de los sueños provista por Cardano, Perpetua aparece con un atuendo llamativo, siendo este símbolo de la dignidad que hasta el momento de su ejecución tenía. Es decir, el mantener la firmeza de su creencia cristiana y afrontarla. Pomponio, aparece como la figura cristiana que le brinda la instrucción para apoyar sus temores. Tras una dura batalla, Perpetua recibe el ramo, cuya interpretación es su entrada al mundo de los muertos.  Es aquí donde se muestra, finalmente, como aquellos sueños le ayudarían para su evolución cristiana hacia la vida eterna. La batalla en el anfiteatro, significaría, entonces, todos aquellos tormentos que la catecúmena tuvo que enfrentar para poder ser digna de gozar la vida eterna. Perpetua, claramente ve en sus sueños aquellas heridas que simbolizarían la injusticia cometida contra ella y sus compañeros.  Al ser frotada con aceites olorosos, se muestra un gesto de reconocimiento por sus buenas acciones.

Comentario: Me pareció prudente el desarrollo parcial de los sueños de Perpetua, dado que se muestran diversos elementos fundamentales que dan pie a una mejor comprensión de lo ocurrido. En el primer sueño, aparecería, de manera general y poco precisa el camino de la cristiana en sus próximos días. Al tener el sueño sobre su hermano, se menciona que, ella rezó por él. Es entonces, al parecer una actitud cristiana, al afirmar su fe en la medida en que, pide por la salvación y detención del sufrimiento de su joven hermano. Para finalizar, Perpetua soñaría con su última batalla, antes de participar de la gracia de Dios. Sus sueños,  por tanto,  muestran su clara firmeza con respecto al pensamiento cristiano.