Publicado por: Diana López Rodríguez
Soñante: Paulo
Fuente: Tirso de Molina, El condenado por desconfiado edición, introducción y notas de Ysla Campbell. Castalia Ediciones-Edhasa, España, 2012.
Contexto: Paulo es un fraile que se ha retirado de la sociedad por considerarla «la puerta del infierno», vive en la selva y después de diez años de ser ermitaño, decide salir. La finalidad de su retiro consistía en la creencia de que de esta forma se conduciría hacia Dios después de su muerte, pues así salvaría a su alma de los pecados a los que se le somete estando en la sociedad de los hombres.
Cuando Paulo sale de la cueva en la que vivía, comienza a hablar con Dios explicándole las razones de su retiro, rogándole que se apiade de su alma y le tome en consideración cuando sea el momento de su muerte, pues lo único que ha hecho en su estancia en la selva ha sido rezar y meditar para Dios. Sin embargo, poco después de su monólogo, Paulo se queda dormido y le sobreviene un sueño.
Sueño:
¡Qué desventura!
¡Y qué desgracia, cierta, lastimosa!
El sueño me venció, viva figura
(por lo menos imagen temerosa)
de la muerte cruel; y al fin, rendido,
la devota oración puse en olvido.
Siguióse luego al sueño otro, de suerte,
sin duda, que a mi Dios tengo enojado,
si no es que acaso el enemigo fuerte
haya aquesta ilusión representado.
Siguiose al fin, ¡ay, Dios!, de ver la muerte.
¡Qué espantosa figura! ¡Ay, desdichado!
Si el verla en sueño causa tal quimera,
el que vivo la ve, ¿qué es lo que espera?
Tirome el golpe con el brazo diestro
no cortó la guadaña; el arco toma
la flecha en el derecho; en el siniestro,
el arco mismo que altiveces doma;
tirome al corazón; yo, que me muestro
al golpe herido, porque el cuerpo coma
la madre tierra, como a su despojo
desencarcelo al alma, al cuerpo arrojo.
Salió el alma en un vuelo, en un instante
vi de Dios la presencia. ¡Quién pudiera
no verle entonces! ¡Qué cruel semblante!
Resplandeciente espada y justiciera
en la derecha mano, y arrogante
(como ya por derecho suyo era)
el fiscal de las almas miré a un lado,
que aun con ser victorioso estaba airado.
Leyó mis culpas, y mi guarda santa
leyó mis buenas obras, y el justicia
mayor del cielo, que es aquel que espanta
de la infernal morada la malicia,
las puso en dos balanzas; mas levanta
el peso de mi culpa y mi injusticia
mis obras buenas, tanto, que el juez santo
me condena a los reinos del espanto.
Con aquella fatiga y aquel miedo
desperté, aunque temblando, y no vi nada
si no es mi culpa, y tan confuso quedo,
que si no es a mi suerte desdichada
o traza del contrario, ardid o enredo,
que vibra contra mí su ardiente espada,
no sé a qué lo atribuya. Vos, Dios santo,
me declarad la causa de este espanto.
¿Heme de condenar, mi Dios divino,
como ese sueño dice, o he de verme
en el sagrado alcázar cristalino?
Aqueste bien, Señor, habéis de hacerme.
¿Qué fin he de tener? Pues un camino
sigo tan bueno no queráis tenerme
en esta confusión, Señor eterno.
¿He de ir a vuestro cielo o al infierno?
Treinta años de edad tengo, Señor mío,
y los diez he gastado en el desierto,
y si viviera un siglo, un siglo fío
que lo mismo ha de ser; esto os advierto.
Si esto cumplo, Señor, con fuerza y brío,
¿qué fin he de tener? Lágrimas vierto.
Respondedme, Señor, Señor eterno.
¿He de ir a vuestro cielo o al infierno?
Comentario: No hay una interpretación propia del sueño en los estudios sobre esta obra. Sin embargo, por el desarrollo de la trama, este sueño puede considerarse como profético, puesto que Paulo, al verse contrariado por la manifestación onírica, comienza a preguntarse si lo que ha hecho no ha sido suficiente para salvar a su alma del infierno, es decir, que pone en duda su fe hacia Dios y, en este proceso de perplejidad, el Demonio aparece ante él disfrazado de Ángel y se aprovecha de la debilidad de su espíritu. Por oficio del Demonio, cuando Paulo decide nuevamente vivir en sociedad, se ve presa de diversas situaciones que lo tentarán a alejarse del camino de Dios, a tal grado que, al final, es condenado a la muerte en la hoguera.
Por lo que el sueño de Paulo mostraba las diversas situaciones en las que se iba a encontrar el personaje, si no hacia caso de la fe que en un principio tenía. Por tal razón, el título de la obra de teatro, hace referencia a que la desconfianza misma de Paulo, le lleva a apartarse de su propósito inicial desembocando en un trágico final.
Nota: Un estudio más detallado sobre la influencia del sueño en esta obra, véase «Sueño y predicción, un tema de El condenado a muerte por desconfiado, de Tirso de Molina» de Félix Suárez. Fuente: La Colmena No. 68, Revista de la Universidad Autónoma del Estado de México.
![El jardin de las delicias, detalle de El infierno, Bosco](https://narcosismagica.wordpress.com/wp-content/uploads/2016/05/el-jardin-de-las-delicias-detalle-de-el-infierno-bosco.png?w=529)
Detalle de El infierno en El Jardín de las Delicias de Hyeronimus Bosch.