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Publicado por Jorge Paz Pérez.
Fuente: Génesis 37, 9-11, en Sagrada Biblia.
Contexto: José tiene dieciséis años para aquel entonces, llevaba a pastar ganado junto con sus hermanos, pero una ocasión regresó quejándose de ellos con el padre acerca de su comportamiento. Israel, el padre, amaba más a José que a sus demás hermanos por haberlo engendrado en la vejez. Los hermanos al percatarse de ésto, comenzaron a odiar a José. Tras ésto él comenzó a soñar, motivo por el cual crecería el enojo de sus hermanos hacia él.
Sueño: Vio también otro sueño, que refirió a sus hermanos, diciendo: He visto entre sueños como que el sol, y la luna, y once estrellas me adoraban.
Interpretación: Y habiéndolo contado a su padre y a los hermanos, su padre le respondió, diciendo: ¿Qué quiere decir ese sueño que has visto? ¿Por ventura yo y tu madre y tus hermanos, postrados por tierra, te habremos de adorar?
Comentario: Aparte de la interpretación que da el padre de José, podríamos hacerla desde Artemidoro: recordemos que la visión onírica se traduce por sueños y se divide en directa o simbólica. Los sueños directos son aquellos donde lo soñado corresponde con lo acontecido, el efecto corresponde con lo soñado y los presagios se realizan inmediatamente después de la visión; mientras que las sueños simbólicas nos indican unas cosas por medio de otras, los males bienes futuros.
En el libro II, de La interpretación de los sueños, le dedica un capítulo a «Los dioses celestes». A algunos el sol les menciona negocios, pero para todos es un buen augurio, nos saca del estado de reposo para que nos movamos; a su vez también cuando el sol da algo, anuncia algún peligro. Es una figura masculina. Por otro lado, la luna es una figura femenina, la figura de la madre de quien sueña, vista como una fuente de nutrición; también da augurios de negocios, de dinero, ya que las cuentas se hacen cuando termina el mes; augura viajes, siempre está en constante movimiento.
Podemos comentar que desgraciadamente tanto el sol como la luna son fuente de negocios, pero lo interpretaríamos al negocio que hicieron los hermanos con José. El sol sin duda representa al padre y la luna a la madre. Ambos nos exigen movimiento, dejar de lado el estado de reposo, comenzar a viajar, algo que José hizo después de que los hermanos lo vendieron.